sábado, 1 de septiembre de 2012

De visita a casa de los niños

Buenas noches a todos ¿Cómo estáis? Aprovechad de los rayitos de sol que van quedando, que poco a poco se acerca el otoño y el frío. ¡Qué la subida de IVA no nos prive de los pequeños lujos que no se pagan con dinero!
Sé que hace muchos días que no escribo, pero no creo que sea necesario contaros cuando me despierto, qué como, lo que hago cada día con los niños, a qué hora me acuesto, etc.  ¡Sería un poco pesada! ¿No? Pero hoy, sin embargo, tengo muchas cosas que escribir.
Esta mañana hemos visitado Itapõa, una de las denominadas “ciudades satélites” que hay próximas a Brasilia. Allí viven algunos de nuestros niños y  sus familias se ofrecieron para que fuéramos a conocer sus casas. Nos hacía mucha ilusión, las madres estaban estos días contentas por que fuésemos, los niños nos preguntaban que cuándo íbamos a ir, etc. Pero creo que no pensé en el factor negativo. Después lo entenderéis.
Cuando iba en el coche, intentaba imaginarme cómo sería la “ciudad”, las casas, añadía datos y cosas que las Hermanas me habían contado, la situación familiar y económica de la familia… Más o menos tenía una fotografía creada en mi cabeza. La primera casa que visitamos fue la de Leticia. Es una de las pequeñas del proyecto y su madre casi todas las tardes viene a ayudarnos con los niños. Desde el primer día tanto ella, como su hija, han sido muy agradables conmigo. Una gran puerta de metal y un muro de hormigón nos dan la bienvenida a su casa. Pero sorprendentemente es de esas casas que por fuera no parece gran cosas, pero tengo que reconocer que por dentro estaba bastante bien. Ambas, junto con su marido, nos han enseñado la casa y nos han ofrecido algún dulce y refresco. Con ella nos hemos dirigido al resto de las casas. Itapõa tiene una calle principal con comercios y el resto son calles, en las cuales, lo primero que se aprecia son muros de cemento, pintados de distintos colores, que esconden las viviendas. Las dos siguientes casas, de Dayana y el pequeño Kaique, eran muy pequeñas, con una salita que hacía las funciones de salón, comedor, despensa y cocina; una única habitación y un pequeño servicio. Apenas entrábamos. Pero en ambos lugares, las madres han agradecido mucho la visita. Nos han ofrecido zumo o frutas, alegando que nunca tenían visitas, que éramos las primeras.
Por último hemos visitado la casa de los hermanos Raimison y Regina. Algunos ya habréis visto alguna foto de ambos y sé que está mal decirlo, pero Raimison, especialmente, es mi favorito. Tenía ganas de conocer su casa, su entorno, ayer estuvimos bromeando si había limpiado o no su habitación, etc. El resultado no ha sido el que yo esperaba, me ha dejado un mal sabor de boca y una reflexión posterior. La casa, en cuanto a infraestructura, era la peor que habíamos visitado, sin puertas, sin color en sus paredes, dos pequeñas habitaciones para cuatro personas y una cocina. ¿Dónde está el baño? No tienen. Un pequeño grifo, una cortina y un cubo cumplen todas las funciones de un servicio. En ese momento tienes que disimular, todo esta bien, no te llama nada la atención, es normal la situación…pero no lo es. En ningún momento me había recreado esa imagen en mi cabeza e intentaba esconder mi asombro y mi tristeza.
Después de visitar a las familias en Itapõa, en el trayecto a Brasilia recordé mis visitas a los pueblos de la India. Sin duda la situación de pobreza en mucho más impactante en aquel país, pero la gente que conocí no eran personas que veía cada día, con las que compartía mis tardes. Eran familias que visitaba y allí se quedaban, no las volvía a ver. Sin embargo, a estos niños los veo cada día y si ya antes tenía claro cual era mi papel y estaba contenta con lo que hacía, ahora puedo ratificar que no me arrepiento en absoluto de haber tomado la decisión de venir a este proyecto durante dos meses, porque sé, que durante las horas que están aquí son felices, olvidan sus problemas, juegan, cantan, estudian, bailan y por unas horas SON NIÑOS.
 Y hoy, 1 de Septiembre, vuelvo a estar sola en mi habitación. Alejandra y Claudia, las otras dos voluntarias, han regresado a España. Ayer por la tarde los niños prepararon una pequeña sorpresa. Habían preparado bailes, merienda y algún regalo para ellas. Las tres acabamos emocionadas, el día que me marche yo… ¡no lo quiero ni pensar! Me vais a permitir que les dirija unas palabras. Gracias por compartir la experiencia conmigo. Ya os lo he dicho en algún momento, pero para mí, habéis sido un pilar importante, compartiendo alegrías, preocupaciones, consejos, etc. ¿Quién me va a distraer ahora?! PRAZER TIA ALEJANDRA Y TIA CLAUDIA *
 
Hasta pronto
*la palabra TIA la emplean los niños, de forma cariñosa, para hacer referencia a las personas que son más mayores que ellos.
 
 
 
 

jueves, 23 de agosto de 2012

¡Me quedo en Río!

Buenas noches. Ya estoy de nuevo por aquí. Ayer terminó nuestra aventura por Río de Janeiro, unos días en los que hemos hecho turismo, descansado y bronceado en sus playas y conocido a sus gentes. No sabéis lo que me impresionó ver la ciudad desde el avión. Mi único pensamiento: ¡nos vamos a perder seguro!
Nada más llegar al aeropuerto pudimos comprobar lo amable que son las personas por estas tierras, sin ningún problema te ayudaban; si nos veían perdidas con el mapa, nos preguntaban si podían ayudarnos, etc. Nuestro mayor temor era ir desde el aeropuerto hasta la casa de las Hermanas, lugar en el que nos hospedábamos. Nos habían explicado cómo ir, pero aun así siempre tienes ese nervio de saber si lo vas a hacer bien, si no te vas a perder en una ciudad tan inmensa como es Río. Gracias a la amabilidad de dos hombres, llegamos sin problemas. Ya en el trayecto de autobús, pudimos ver los fuertes contrastes de la ciudad. Grandes rascacielos iluminados, lujosas tiendas y restaurantes, frente  a los barrios grises de las favelas en las laderas de las montañas.
Cuando llegamos a la casa ya era de noche y la hermana nos presentó a Tamara, una chica de la residencia, que nos llevó a conocer nuestro barrio, Lapa. Podríamos decir que es “El barrio de Malasaña” de Río. Era sábado y los turistas inundaban las aceras, calzadas, terrazas, restaurantes, plazas… Pero era inevitable observar a los verdaderos cariocas, que cada día viven allí. Algunos dormían en las aceras, otros hablaban con las farolas, otros cocinaban y sudaban en sus “puestecillos” preparando palomitas, patatas, hamburguesas, etc.
Con Selarón
Al día siguiente, con mochila a la espalda, nos dirigimos a la isla de Niteroi. Para ello, debíamos de coger un barco desde el cual, pudimos observar por primera vez el Cristo de Corcovado y Pão de Açúcar, símbolos de la ciudad. Allí disfrutamos de un buen paseo bordeando el mar y de la playa. Al regresar a Río nos dirigimos a ver el monasterio de S. Bento y la escalera de Selarón. ¡Ayyy Selarón! Un hombre peculiar. Hace 23 años comenzó a decorar una escalera en el barrio de Lapa con azulejos y hoy es punto turístico. Estuvimos hablando con él un buen rato, nos mostró sus dibujos, nos contó la importancia del rojo en el mundo, etc. Sí, no os confundís, muy bien no estaba el Selarón. De allí salimos con una postal de él dedicada y firmada, pero no penséis que es porque nosotras se lo pedimos, como si fuese una estrella de cine, sino porque al decirle que le habíamos visto en la televisión española (“Españoles por el mundo”) el ego del artista estaba por las nubes.
A la mañana siguiente, nos dirigimos al símbolo brasileño por excelencia y una de siete maravillas del mundo: El Cristo Redentor. Con 710 metros de altura, a los cuales llegas a través de un tranvía, las vistas de la ciudad de Río y alrededores son espectaculares. Tuvimos suerte y pudimos visualizar todo sin problemas, pues el cielo estaba claro y no había nubes. Tienes que abrirte camino entre los turistas para encontrar tu sitio y fotografiarlo. De repente vimos gente tumbada en el suelo ¿Qué hacen? ¡Fotos! Nos dimos cuentas que era una de las maneras en las que conseguir la imagen de la estatua entera. Bueno, pues si hay que tirarse al suelo a hacer una foto… ¡nos tiramos! ¡Cómo somos los turistas! Pero mereció la pena, por las instantáneas y por las risas que tuvimos mientras intentábamos no pisar la cabeza del de delante y la mochila del de al lado.
Nuestro amigo de Copacabana
Y del símbolo del país al símbolo de la ciudad: Copacabana. Playa y playa y más playa. Esa imagen que tenéis de la arena de Brasil se confirma: sol, agua, caipirinha, mujeres con mini-bikinis, hombres haciendo deporte, etc. ¿qué mal no? Jeje. Os voy a contar un momento muy divertido que nos ocurrió. Como en toda playa, hay el típico puesto de alquiler de tumbonas y sombrillas. En cuanto pones un pie tienes a alguien preguntándote si quieres algo. Nosotras estábamos tan agusto con nuestra toalla, tumbada y tomando el sol cuando se acerca un señor. Nos señala un grupo de chicos y nos dice que si queremos nos los presenta. Pensareis: claro en Brasil, Copacabana, pues a ligar… Se convirtió en toda una situación, teniendo en cuenta que en el grupo de chicos el más mayor tenía 20 años. Es ahí, además, cuando te pesan los años. Todo ello con mi nivel de portugués. Nos reímos muchísimo hablando con el hombre, explicándole que eran pequeños y viendo como nos traía a gente, ya daba igual el género y la edad, lo principal era presentar a las chicas españolas que había conocido. Si llegamos a estar más tiempo estoy segura de que nos presenta a la playa entera.
Pão de Açúcar
Otra de las visitas obligadas fue Pão de Açúcar al cual tienes que acceder a través de un teleférico. No tiene tanta altura como el Cristo Redentor, pero está situado en el mar y las vistas son muy bonitas. Tiene menos turismo y además una vez arriba puedes sentarte y disfrutar del paisaje el tiempo que desees. Creo que puedo decir que mi lugar favorito de Río.
Entre el ir y venir de la gente en el centro de la ciudad, en una calle secundaria, está la Cafetería Colombo. Su fachada, de 1894, no da muy buena impresión, pero una vez dentro te quedas con la boca abierta. Tal vez demasiado fino para nuestras pintas de turistas, pero tomamos un buen desayuno para coger fuerzas para pasar el último día en Río.
Cafetería Colombo
Han sido pocos días pero muy bien aprovechados. Con mapa en mano, hemos caminado por todas sus calles, visitando los típicos lugares turísticos y otros que no lo son tanto, pisado y bañado en sus playas y disfrutado de la amabilidad de los cariocas. Unos días que nos han servido para descansar, desconectar de nuestro día a día en Brasilia y recargar las pilas para continuar con nuestra actividad con los niños.
Sé que la entrada es un poco más larga que de costumbre, pero tenía muchas cosas que contaros y lugares a los que trasladaros. Espero que lo haya conseguido, aunque sea un poco.  
Hasta pronto.
 
 
 

viernes, 17 de agosto de 2012

¡De mini-fiesta!

Leticia y su globo

Buenas noches a todos. Hoy la entrada será breve, pero os quería contar la fiesta que tuvimos ayer con los niños.
Como ya mencioné, ayer llegó la Hna. Eusama, encargada del proyecto. Para celebrar su bienvenida los niños prepararon bailes y decoraron la sala principal. No sé por qué, cuando se preparan cosas así siempre hay división por edades. El día anterior me encontré a las más pequeñas llorando porque las chicas mayores no las dejaban participar en su baile. ¡Qué sofoco tenían! Hablé con ellas y decidimos que prepararían un baile distinto, con la canción que les gusta y los pasos que conocían. Además como motivación les dije que les haría alguna flor para poner en el pelo y que estuviesen más guapas. Ensayaron y ensayaron y el resultado fue estupendo. Ellas disfrutaron, estaban muy contentas y nosotras con ellas.   

Debíamos ambientar la sala para el recibimiento, pero la decoración era lo que menos importaba. A mi alrededor sólo había globos de colores volando y niños saltando para alcanzarlos. Así comenzó una pequeña “batalla”en la que todos intentábamos tener uno, quitárselo al de al lado, etc. Terminó cuando poco a poco fueron explotando y nos quedamos sin globos que golpear. Me encanta la sensación de recordar la niñez.
Esperando a Eusama
Cuando la Hermana iba a llegar, los niños buscaron un sitio donde esconderse, unos mandaban callar a otros para que el silencio reinara en la sala y saliese todo a la perfección.
Pero, ¿cuál fue la sorpresa de la tarde para las voluntarias? Estamos repartiendo la merienda y de repente…”Dale a tu cuerpo alegría Macarena…” No me lo creía, la canción española e internacional por excelencia estaba sonando. Alejandra, Claudia y yo nos pusimos a bailarla como si fuese el tema del verano y al vernos todos querían aprender el baile. No sé cuantas veces pude escuchar y bailar con “Los del Río” pero allí todos danzábamos, incluidas algunas madres que tímidamente se movían. ¡Qué bien me lo pasé!

Bueno, informaros de que mañana viajamos a Río de Janeiro (ya sé que algunos lo sabéis). Volvemos el miércoles y hasta entonces estaré ausente. Pero no os preocupéis que cuando regrese os informaré de todo. Espero que tengáis unos buenos días.
Hasta pronto.

jueves, 16 de agosto de 2012

Nacionalidad: ¿española?


Buenos noches a todos. Me he dado cuenta que siempre os cuento y cuento y nunca me preocupo por vosotros ¿cómo estáis? Espero que a los que trabajéis no se os haga muy duro, que los que estáis de vacaciones estéis disfrutando y descansando y los que simplemente estéis, que sigáis así o mejoréis.
Desde el día 14 de agosto he iniciado un nuevo grupo de protesta bajo el nombre “Indignada 14-A”. Fundadora y único miembro: yo.
Tal y como están las cosas por España (aquí me sigo manteniendo informada) he decidido empezar a buscar algún trabajillo fuera del país y he comenzado por Brasilia. Junto con Susete y Alejandra, con currículum en mano, decidimos visitar algunos lugares de habla española donde poder dejar alguno. Nuestro primer destino, la embajada española. No sé vosotros, pero yo, al saber que nos dirigíamos allí, pensé: ah! Qué bien! Seguro que nos reciben (daba por hecho que el embajador no), pero por unos minutos estaremos un poquito más cerquita de España, tal vez me ofrecen algo de ayuda, información sobre empresas españolas en Brasil, etc. Pues bien, ¡no nos dejaron pasar de la puerta de la calle! ¿Esa es la ayuda que recibe un español en un organismo de su país, pero fuera de este? Bueno, pues ellos se lo pierden.
Siguiente parada: el Instituto Cervantes. Ahí si que por unos minutos nos sentimos más cerca de nuestra “amada” patria. Entramos y pudimos ver TVE, leer El País, ojear alguna revista española, etc. La verdad es que me atendieron muy bien y se agradece tras el fracaso diplomático. Y finalmente hicimos un par de visitas más a algunos colegios donde se dan clases de español. Sólo me falta salir a la calle con mi número de teléfono en la frente. Bueno, poco a poco…

Haciendo un punto y a parte. Ayer llegó a la casa la Hermana Euzama, que es la encargada del proyecto. Los niños han preparado unos bailes, teatro y hoy tenemos una pequeña fiesta de bienvenida. Ya os enseñaré fotos y si el WIFI me lo permite, algún video. Con los niños estoy muy bien, disfruto un montón con sus juegos y sus risas.

Además ayer visitamos “Ponte Lago Paranoa”. Os sonará porque ya os he hablado del lugar. Os refrescaré la memoria: un lugar donde los Porsche y Jaguar invaden el aparcamiento y donde podías pasear al lado del lago. Ayer de nuevo lo visitamos, pero era de noche. No sé deciros si me gusta más de día o con la iluminación nocturna. La verdad es que Brasilia es una ciudad que cambia totalmente cuando se esconde el sol. Es mucho más tranquila, apenas hay coches e incluso más bonita con la iluminación que tienen algunos de sus edificios.


Hasta pronto




Y pese a todo.... ¡Buen rollito!

lunes, 13 de agosto de 2012

¡Un mes en Brasilia!

Abajo: Claudia y Alejandra/Arriba:Estela, Hna.Susete y yo
 Buenas días a todos. Estos últimos días han pasado muchas cosas y afortunadamente todas buenas. Entre ellas, he celebrado mi mes brasileiro en Pirenópolis. Calma, ahora os cuento.

El jueves llegaron dos nuevas voluntarias españolas ¡ya tengo compañía en la habitación! Son Alejandra y Claudia. Han traído muchas ganas de colaborar, de jugar con los niños y aprender. Para mí ha sido como una nueva recarga de batería y además ayuda para repartirnos los niños. Y cómo no, los “pequeñajos” tan felices.

Para este fin de semana, Susete, nos programó una excursión a Pirenópolis. Una localidad que está en el oeste del país, a una hora y media de Brasilia, y considerada ciudad patrimonio histórico y artístico nacional. Hace unos años sufrió un incendio y la mayoría de las casas fueron afectadas. Los vecinos decidieron reconstruir las viviendas entre ellos y aportar alegría después del incidente. Es un pueblo con casas de una sola planta pero cada una pintada de un color distinto, con calles pequeñas, rincones escondidos con encanto y mucha agua. Además de su patrimonio, posee numerosas cascadas y senderos que visitar, y allí estábamos nosotras. El sábado al llegar caminamos visitando la ciudad, conociendo sus costumbres y artesanía. Pirenópolis está dedicada exclusivamente al turismo. Muchas de las casas se han convertido en posadas, donde por un precio bastante bajo puedes alojarte.  El Señor Osvaldo no ha acogido en la suya y ha sido muy agradable junto con su mujer.

Os voy a contar uno de los mejores momentos del día, que incluso me llego a emocionar, en el buen sentido de la palabra. Encontramos un pequeño restaurante, con una terraza llena de palmeras, velas, alguna hamaca (de árbol) para tumbarse, farolillos, etc. Era tan relajante y tranquilo que decidimos tomar algo. De repente escucho música y veo que es Jarabe de Palo. ¡No lo podíamos creer! En medio de un pueblo brasileiro, entre montañas, ahí estaba yo cantando canciones del grupo.

Por la noche las calles se transforman totalmente. Las terrazas invaden la calzada, velas, puestos de artesanía y música, mucha música. En la mayoría de los restaurantes hay actuaciones en directo. Pasear disfrutando de la brisa nocturna, de calles a media luz y escuchando buena música brasileira, no tiene precio. Además ayer era un día “especial “para mí, pues hacía un mes que había llegado a Brasil y no encontré una mejor manera para celebrarlo.



Hoy hemos dedicado el día a visitar la naturaleza que rodea a Pirenópolis. Hemos decidido visitar una de las cascadas, más concretamente la de “Media Luna”. Allí hemos pasado toda la mañana. Las tres voluntarias hemos decidido convertirnos en exploradoras e investigar los alrededores. Hemos caminado, huido de algún que otro bicho, tomado el sol y refrescado nuestros pies en el agua.

Ha sido un fin de semana muy bien aprovechado, hemos podido desconectar, disfrutar y en el que nos hemos reído mucho.

Hasta pronto.



Siento repetir grupo de música, pero es la canción de la que os hablaba.

martes, 7 de agosto de 2012

¡Bonito, todo me parece bonito!

Buenas noches a todos. Sé que estos días he estado un poco desaparecida pero de nuevo estoy aquí y con algunas cosas nuevas que contaros.
En estas tardes, estoy recordando los juegos de la infancia: pilla-pilla, escondite, cocinitas, “mata-pollos” (que aquí se llama queimada), etc. ¡Y correteo como una enana! Estoy totalmente integrada en el grupo de los niños y me he dado cuenta que son muy cariñosos. Siempre están dispuestos a dar un abrazo, un beso, cogerte de la mano y yo disfruto con esos gestos. Es una sensación rara la que tengo en mi cabeza por las tardes y os cuento por qué. Al proyecto acuden niños cuyas madres trabajan como empleadas de hogar en casas cercanas. Ellos van por las mañanas a la escuela y al terminar, directamente, vienen aquí hasta que sus madres terminan su jornada laboral. En su mayoría son familias desestructuradas con problemas importantes, bastantes dificultades económicas  y viven en las “ciudades satélites”, que son pequeños barrios que están a las afueras de Brasilia. Durante las horas que pasan aquí no pienso en las historias de cada uno de ellos, me centro en jugar, saltar y reír. Pero, ¿cuándo se van? ¿estarán bien? Mi función como voluntaria es ayudar en lo que pueda y no veo mejor cosa que intentar hacer feliz a alguien aunque sea por unas horas ¿no creéis?


Hoy he hecho una excursión con Susete y Michael (el conductor) a Luziânia. Es una población que está, aproximadamente, a una hora de Brasilia. Una mujer ha fallecido y ha dejado a la congregación dos terrenos en esta localidad y nuestro objetivo era encontrarlos. ¿Qué tiene de atractivo esta salida? Pues que Luziânia, por lo que me ha contando Susete, es una de las ciudades más peligrosas de Brasil. Para que os hagáis una idea, más o menos, 7 muertos al día por diversas actividades y ninguna legal.
Al llegar por la avenida principal, Luziânia te da la bienvenida con un grupo de 8 militares, cada uno mostrando su arma, todo un escaparate de modelos, calibres y culatas. Tras hacer una serie de gestiones en la Prefeitura (ayuntamiento) hemos puesto rumbo a la búsqueda del terreno. El camino en coche nos ha servido para darnos cuenta que ver a un militar armado en cada calle es parte del paisaje de la ciudad. Todo esto lo cuento ahora que ya he ido, que sino sé de más de una que estaría comprando un billete para venir a buscarme.
Lo más frecuente en esta zona del país, por no decir en todo el país, es que si hay un terreno vacío, sin edificar, una familia decida “ocupar”, o como dicen aquí “invadir”, ese terreno y construir su casita. Una vez se ha producido, pierdes tu propiedad, pues el gobierno no hace nada. El temor de Susete es que esto hubiese ocurrido. Cuando nos íbamos acercando a la zona ya veíamos “pequeñas invasiones”. ¡Ha sido como buscar una aguja en un pajar! Todas las casas tienen una placa de identificación donde ponen el número de la calle y el número de tierra que es. Hemos mirado y mirado y por suerte o por desgracia ninguna era la que buscábamos. Digo por desgracia porque la siguiente parte por mirar era tierras y tierras, secas, sin ningún árbol a la vista, apenas divididas por unos palos y en las cuales, las estacas en las que debían poner el número, estaban desaparecidas o sin cifras visibles. Asique por intuición hemos podido sacar alguna conclusión.

Ya sólo queda un día para que vengas dos nuevas voluntarias, españolas,  al proyecto. Estarán por aquí un mes. Ya os las presentaré más adelante.

Hasta pronto.
"Qué bonito que te va cuando te va bonito" 
Mi himno a partir de ahora

lunes, 30 de julio de 2012

Un poco de tranquilidad siempre viene bien...

Larissa y Gislane
Hoy el día no ha tenido grandes acontecimientos, la calma también existe en Brasilia. La mañana ha transcurrido con normalidad y ya le he cogido el truco a la lavadora, pues la primera que puse mi ropa parecía que estaba en la fiesta de la espuma.

Tengo que decir que mi estrategia futbolística ha funcionado y desde que me han visto llegar, los chicos han venido a decirme si iba a jugar al fútbol con ellos. Pero creo que me voy a tener que dividir en dos, pues las niñas pequeñas quieren que juegue con ellas a la comba y por otro lado me reclaman para el fútbol. Tengo que estar un poco en las dos cosas, aunque poco a poco estoy consiguiendo la solución que busco.
Esperando la merienda
En el proyecto los chicos juegan por un lado y las chicas por otro. Las niñas se sorprendieron el otro día al verme jugar al fútbol y ¡sólo con chicos! Cuando hoy he empezado a jugar algunas se han acercado a ver, se han sentado al lado de las porterías, yo creo que pensado: haber si le encontramos nosotras también el interés. Pero mantienen la distancia de jugar con los chicos. En cuanto estos se han ido a casa se me han acercado 3 chicas que querían jugar al fútbol. Vale, pues allá vamos. Poco a poco hemos ido dando pases, unas carreritas, unos tiros, que si no me quiero poner porque me da miedo… pero han estado jugando y han pasado un buen rato. Algunas niñas pequeñas han dejado la comba y se han unido. Son muy graciosas porque cuando van a lanzar, cierran los ojos, sacan la lengua, se concentran… ¡vaya que le ponen interés! El siguiente paso es que se empiecen a unir a los chicos, bueno y que estos las acepten, que también son muy suyos. ¡Al final me hago entrenadora y todo!

A parte de mi nueva faceta, he puesto en práctica una que ya sabía que me gustaba: cocinar. Las hermanas en la hora de la comida me han preguntado, modestamente, si podía hacer hoy la cena. Ya sabéis que yo sin ningún problema he dicho que sí, de hecho, encantada. Les he preguntado que les gustaba y cómo no la respuesta ha sido tortilla de patatas. Se han divertido al verme dar la vuelta a la tortilla, pues tengo que reconocer que siempre me da algo de miedo darle la vuelta y hemos disfrutado de la cena.
Sé que la entrada de hoy es cortita pero se agradecen algunos días de tranquilidad.
Hasta pronto.

sábado, 28 de julio de 2012

Porque hay gente buena…

Los sábados y domingos la casa está más tranquila ya que los niños no vienen. Estos días aprovechamos para descansar, dormir un poco más, ir al mercado, etc. Por las tardes, Susete me lleva a conocer nuevas cosas de Brasilia. Hoy ha tocado, como llama ella, “el mercado de contrabando”. No os asustéis, 100% legal. Pero es curioso.

Hay un recinto ferial, a las afueras de la ciudad, en el que se ponen pequeñas tiendas. No os podéis imaginar la cantidad de “puestecillos” que hay y lo que puedes encontrar. Todo lo que allí se venden, en su mayoría, son cosas que ha requisado la policía: imitaciones, ventas ilegales, trapicheos varios… Esos productos, a su vez, son comprados por los vendedores de este mercado de forma legal y su venta también lo es. Puedes encontrar desde un IPhone última generación, a una Nintendo con mil cosas, pasando por cachorritos y acabando en juguetes. ¡Hay de todo! Y la ventaja es que todo tiene un precio menor. Sabiendo esto, os podéis hacer a la idea de cómo estaba el recinto de gente ¿no?
Hemos comprado cosas para los niños del proyecto: pelotas de futbol, raquetas de ping-pong, una comba nueva y unos yo-yo que a los niños les gusta mucho. Claro hay tanto donde mirar y distintos precios que vas preguntado y acordándote de donde era el más barato. Nos ha pasado una cosa, que a mí me ha dejado con la boca abierta. Estábamos mirando las raquetas de ping-pong y regateando el precio (cosa normal en este mercado). Sin prestar atención a lo que pasaba a nuestro alrededor, nosotras mirando juguetes y preguntando precios. Cuando estábamos “negociando” la venta aparece un hombre y dice: “tome hermana, compre esas raquetas” y desaparece. No me ha dado tiempo a verle ni siquiera la cara. Le ha dado a Susete 30 reales y se ha ido. Yo me he quedado pensando ¿Cómo? ¿Pero este hombre de dónde ha salido? ¿Ha desaparecido? Cuando ya he reaccionado y he sido consciente de que sí, ese hombre nos había escuchado hablar con el dependiente y sin más nos ha querido dar ese dinero, he pensado: Pues sí, entre todo el caos que hay actualmente por el mundo, que si la crisis, que si el trabajo, que si el dinero, etc. Nos olvidamos de que realmente hay gente buena a nuestro alrededor y gracias a ese hombre, hemos podido comprar algo más.

Contaros también que ayer me pasé toda la tarde jugando al fútbol. Y sí, habéis leído bien, fútbol, yo María. En el proyecto hay tanto niños y niñas de edades diferentes. Los más mayores, de unos 13 años, siempre están más a sus cosas, dicen que para qué van a jugar con los pequeños, etc. Hasta ayer, yo siempre había estado con los más pequeños pero ayer dije bueno, vamos a probar. En mi grupo de estudio tengo a Rafael y me puse con él a jugar con la pelota acabando de portera. La suerte debía estar conmigo y estaba parando los balones… De repente desaparece y llega con toda la tropa de chicos. “María es buena portera”. ¿Qué soy qué?!! –os podéis reír, lo veo lo más normal-  Pues bien, desde aquí anuncio que ha comenzado mi carrera futbolística ¿Dónde mejor que en Brasil? Claro está, hoy no me puedo ni mover, pero mereció la pena, ahora espero que ya me tengan un poquito más en consideración y que las agujetas sirvan para algo. Ya os contaré en qué queda mi nueva faceta.
Hasta pronto.

miércoles, 25 de julio de 2012

Cogiendo el ritmo...

    
    Nicolly,Letizia, Giovana y yo
    Nuevo día aquí en Brasilia y ya van quince. La mañana ha comenzado con un poco de limpieza en mi habitación. Tengo un problema; el día que vine, me pusieron una planta muy bonita en el cuarto. Estos días apenas la hice caso hasta que vi que las flores empezaron a caer…creo que se está secando… Bueno pues empecé a regarla. A mí en el proyecto del voluntariado nadie me dijo que tendría una planta a mi cargo. Estado de la planta: ¿Hojas? Entre verdes y amarillas; ¿Flores? Eran rojas, pero ahora empiezan a ser blancas; ¿Pérdida de volumen? Sí, se le están cayendo tanto las hojas como las flores. Diagnóstico: grave. Creo que me he podido pasar con el agua ¿no?

Nicolly, Kaique y yo
La clase de portugués hoy ha sido interactiva y he estado viendo una película con mi profesora. Ella, junto con Jessi, la chica de portería, siempre me están preguntando para que practique conversación.
La hermana Cruz, española también, ha estado recordando que hoy era el día de Santiago. Bueno realmente lleva dos días diciéndolo para que no se nos olvidase. Para celebrar la fiesta hemos tenido postre especial: helado. Tanto ella como nosotras hemos disfrutado. Y en la cena, cada una con nuestra lonchita de jamón serrano… ¡viva Santiago!

La tarde con los niños ha comenzado siendo toda una sorpresa. Ellos salen del colegio y vienen aquí directamente a comer. Yo todos los días asomo la cabeza por la puerta del comedor para ver quiénes son los que han venido. ¡Madre mía! Hoy he mirado y me he ido corriendo al despacho de la Hermana Susete:
-          Susete, ¿Y todos esos niños?!!
-          Ahhh!! Pues los que vienen por las tardes…
-          ¿Pero si eran como mucho 10?
-          Ya han regresado todos de las vacaciones. En el proyecto son aproximadamente 50…

¡No os podéis ni imaginar todos los que son y mi cara al verlos! Hablé con Marina y llegamos al acuerdo de hacer dos grupos, uno de mayores y otro con los pequeños. Yo me he quedado con estos últimos. Hemos estado haciendo los deberes, coloreando y luego un tiempo jugando. Nuestro fantástico camión de juguete se ha roto y hay que improvisar nuevas cosas. Las niñas me ven aparecer y ya me preguntan que carrera van a hacer, si saltamos a la comba o hacemos relevos ¡no paramos!
 
Vanislau
Ya os he puesto alguna foto de ellos y estos días seguiré poniendo para que los vayáis conociendo.
Hoy os presento a Vanislau. Tiene siete años y es de Guinea Bissau. Lleva muy poco tiempo en Brasil y creo que tenemos el mismo nivel de portugués, asique nos entendemos bien. Es muy tímido y habla muy bajito. En cuanto ha visto algo de afecto por mi parte se ha convertido en mi sombra toda la tarde… ¡y yo feliz con mi nueva sombra!
Los niños regresan a casa cuando los padres vienen a buscarlos sobre las 18:00h de la tarde. Bueno pues ahora estoy escribiendo, son las 21:45h y estoy escuchando a Vanislau llorar en portería. Su madre aún no ha venido a por él, y por lo visto es frecuente que aparezca a esta hora e incluso más tarde. Terminaré de escribir y me saldré a investigar el jardín con él. Es tan bueno y se pilla unos sofocos porque se asusta al ver que es tarde y que su madre no ha venido a por él... ¡Por hacerle sonreír durante la tarde, esto merece la pena!

  Hasta pronto.





martes, 24 de julio de 2012

Ya nada es lo que era

Crislane, la peque.
¿Dónde se quedó la sencillez? No sabéis el día tan bueno que he pasado sin apenas necesitar nada. Como cada día he tenido mi clase de portugués con Estela. Voy perdiendo la vergüenza a hablar y mi vocabulario se va ampliando poco a poco. Lo conseguiré.

Ha llegado la hora de ver a los niños. ¡Oh dios mio, hay chicas nuevas y son mayores! Me miran extrañadas, con rareza, ¿Quién es? Nuevamente me tengo que presentar y explicar que no hablo muy bien portugués y que tienen que tener paciencia conmigo, que seguramente al final será al revés…

Antes de hacer los deberes han tenido un tiempo de juego. De nuevo, la protagonista, la comba. Les encanta jugar y saltar con ella, pero lo que más me sorprende es que en ningún momento se quejan por “tener que dar”. Jugando, recordaba cuando éramos niños y siempre nos enfadábamos con algún amigo o alguna amiga porque no quería dar en su turno o nos intentábamos escaquear. Pues aquí no, de hecho tengo una pequeña de 4 años, Crislane, que lógicamente no puede con la cuerda grande y entre las chicas se turnan para dar por ella.  
Después del estudio, íbamos a ver una peli, pero el DVD falló. Salgo al patio y veo a las pequeñas sentadas y aburridas. Imaginación al poder. He cogido unas sillas y dos muñecos y he comenzado a improvisar circuitos. Con el camión en el que ayer os contaba que paseaba al pequeño Joan, hoy hemos hecho competiciones. Unas veces solas, otras en parejas, cada vez tenían que realizar una carrera diferente. Yo cronometraba el tiempo que después acababa apuntado en mi brazo (he acabado con las manos llenas de números) y ellas han corrido, saltado  y reído durante un buen tiempo. Al final han acabado dándome ideas para nuevos recorridos y ellas mismas se han propuesto pensar en casa nuevas cosas para poder hacer mañana. Ya os contaré el resultado. De momento el de hoy lo podéis ver aquí.  
                                       (Se ve mal y no sé por qué, pero más o menos os haceis a la idea)
Sencillez, esa es la palabra del día. Con una pizca, ganas de disfrutar y un poco de imaginación se puede conseguir lo que quieras. Si intentásemos ponerlo en práctica, un poquito, en nuestro día a día, nos daríamos cuenta de todas aquellas cosas que tenemos y que nos sobran. O ¿no recordamos las aventuras que nos inventábamos de pequeños, lo bien que lo pasábamos con una comba y un balón, persiguiendo algún bichillo…? Éramos felices, ¿Verdad? El verano pasado ya tuve este mismo pensamiento y ahora que escribo me da cierta rabia pensar que a mi vuelta yo misma no podré poner en práctica esta sencillez. Sister Margaret, en Bombay, decía: “la sociedad nos arrastra, nos transforma” ¡Cuánta verdad! Espero que por lo menos escribiéndolo, de vez en cuando me pare a leer y a tomar conciencia de ello. Y si os sirve también a vosotros la satisfacción será doble.

 Hasta pronto.

lunes, 23 de julio de 2012

Adaptación al 100%

Buenas noches a todos y siento no haber escrito estos días. Ha sido una semana en la que los niños tenían vacaciones y no han venido a la casa. Un tiempo bien aprovechado por mi parte, pues he visitado la ciudad y conocido algún rinconcillo escondido. Algunos de estos días he tenido la compañía de Marina, una de las chicas que se aloja en la residencia y que además es hermana de Estela, mi profesora de portugués.

Las chicas de la casa se están volcando mucho conmigo, ayudándome con el portugués, preguntándome en todo momento si estoy bien, si necesito algo…  En el barrio ya me van conociendo como "La española", parezco la aceituna. Normalmente acompaño a la hermana Susete a hacer las compras y en todos los lugares es: "ella es María, de España" Y ahí comienza una conversación con el dependiente que quiere saber como se dice en español cada uno de los productos que tiene en su tienda. Es una situación bastante graciosa.

Poco a poco voy conociendo la verdadera vida brasileira. El estereotipo de playas, sol, caipirinhas, etc. Se queda en eso, un mito. Brasilia es una ciudad por y para el gobierno/negocios y las diferencias entre unas clases y otras son notables. Llega la hora de salir del trabajo y los coches están por todos los lados, ¡pero no sabéis como se pone la estación de autobuses! Gente corriendo por un lado, otros buscando su andén y autobuses llenos de personas. Pero la gran diferencia se comprueba durante el fin de semana. En estos días apenas hay coches por las calles ¿Dónde se mete la gente?

Ante mi insistencia por acercarme y ver el agua del fantástico lago, Susete me llevó a un pequeño paraíso en medio de la ciudad. Un lugar donde hay palmeras, jardines, un camino para pasear, bares, etc. Allí llegamos nosotras con el Ford verde RMI, que rápidamente se sintió marginado entre Porsche, Jaguar, BMW o Mercedes. Un lugar donde “la gente con pasta” puede pasar el día, comer, beber, navegar, tomar el sol y por la noche disfrutar de la fiesta. Todo un Marina d´Or para la elite brasileira. Pero tengo que reconocer que el lugar se ha convertido en uno de mis rincones favoritos de la ciudad, pues poder pasear  tan cerca del agua, da vida. En el lago está prohibido bañarse y está rodeado por clubs privados o náuticos, por tanto las zonas en las que el resto del mundo podemos estar son mínimas.

Tras pasear un buen rato por allí y oler el lujo, nos fuimos a un centro comercial. La otra cara de la moneda. Allí estaba la denominada población trabajadora. Aprovechan para hacer alguna compra, ver escaparates, tomar un zumo y pasar un día en familia. Un ocio totalmente distinto al anterior.

¡Hoy han regresado los niños! He pasado una tarde genial con ellos. Nos ha dado tiempo a hacer un poco de todo: deberes, saltar a la comba, jugar con un pequeño camión y ver una peli ¡Cinco horas muy bien aprovechadas! Os iré poniendo fotos para que los vayáis conociendo, son estupendos. Con mis frases en portugués me he podido comunicar con ellos y ya se acercan a mi sin poner caras raras y preguntarse ¿Pero esta que está diciendo? Empiezo a tener mis primeras marcas de guerra como son ampollas en las manos por la cuerda y supongo que mañana alguna que otra agujeta se apoderará de mi cuerpo… pero son dolores de felicidad. A las niñas les encanta mi pelo, dicen que es sedoso, ya ves tú. Tengo una en especial, Giovana, que se pasaría la tarde tocándolo y haciendo “mini-coletas” porque para más tampoco doy. Hoy sólo han venido dos chicos, Kaique y Joan. Con el primero he estado saltando la mayoría del tiempo. Le encanta el futbol, pero no hay pelota. Me tengo que hacer con un balón. Con Joan, que tiene 3 añitos, he estado paseándole por toda la casa montado en su camión y yo tirando de la cuerda. Iba todo el paseo saludando con la mano. ¡Qué gracioso es!

Creo que la adaptación ya es al 100%


Hasta pronto.

sábado, 14 de julio de 2012

¡Hoy puede ser un gran día!

Mi pensamiento al levantarme hoy era: ¿Qué voy a hacer hoy? Si no hay niños… ¿Esta tarde que hago? Pues finalmente el día ha resultado muy productivo y estupendo.

Cómo cada mañana he tenido mi particular clase de portugués. Desde aquí mi agradecimiento a aulafacil.com por sus clases gratuitas de portugués  jaja. Pero antes de comer, Irma Susete, tenía una misión para mí: estar en portería. Convertirme en la Jesusa de Brasilia. ¿Qué hago yo en portería sin apenas falar palabra alguna? ¿Y si suena el teléfono y no entiendo lo que me dicen? Pero si era lo que tenía que hacer, intentaría que fuese de la mejor manera posible. Me han explicado como funcionaba todo y en un principio sin problema. Recogiendo y dando llaves, abriendo la puerta de la calle, “hablando” con alguna de las chicas de la residencia, la cosa va bien. ¡¡Oh Dios mio!! ¡¡¡Suena el teléfono!!! Dejo pasar unos cuantos tonos…pero al otro lado del aparatito siguen insistiendo.
-Instituto Vicenta María, bon dia.
-jhdjhofeoen aojheoe ¿¿¿???
-(Madre mía algo de una tal Mariana en la habitación 25)- Un momento. ¡Bien, no está!
Primera llamada solucionada y por suerte la única que tuve que atender

Después de comer, junto con Irma Susete e Irma Eusem, me fui a hacer un poco de turismo. ¿Que tiene de malo Brasilia? Que necesitas coche para ir a todos los lugares. Comenzamos la visita por la Catedral. Por dentro es muy sencilla, pero la cúpula  dejar pasar mucha luz y es acogedora.  Toda la ciudad está centrada en el Gobierno y en su mayoría los edificios son órganos de este. Llamativos son los edificios de los ministerios. Todos iguales, rectangulares, de un color verdoso. Todos miden lo mismo, tienen los mismos despachos, los mismos pasillos, la separación entre uno y otro es la misma, etc.
Estos días lo que más me impresionaba era el lago artificial de la ciudad. Digo lago porque así lo denominan ellos. Más adelante os pondré fotos para que me entendáis. Es un río muy muy ancho que rodea toda la ciudad en forma de “U” y con un azul intenso.  Contiene la mayor flota de todo el país. Ningún puerto del país tiene tanto barco como el lago. En su mayoría barcos o yates privados de las casas de lujo que bordean las aguas. Esta zona está separada de la ciudad de Brasilia a través de un puente. Cruzando este,  parece que estas en otro lugar: casas ocultas por la vegetación, coches de lujo, pequeños embarcaderos particulares, etc. En esta zona hemos visitado el parque ecológico de Don Bosco. Es un lugar donde hay situada una estatua del mismo indicando el punto exacto en el cual Dios le comunicó que comenzaría una nueva civilización sin diferencias. Aquí dicen que es como la tierra prometida de Brasil. Desde este punto hay unas vistas del lago y de toda la ciudad que son maravillosas de ver.

El resto de los lugares los he visitado más rápido. Tengo dos meses por delante para descubrir la ciudad y quiero tener distracción para los siguientes fines de semana.

Después acompañé a Irma Susete a llevar a las otras dos hermanas al aeropuerto pues se van a Sao Paulo unas semanas. Susete y yo nos quedamos solas en la casa. A continuación me llevó a una pastelería. En un principio no entendía muy bien a qué, pero luego lo comprendí. Es una de las pastelerías más lujosas de la ciudad. La dueña organiza fiestas en su casa-mansión donde van los famosos, cantantes, políticos, etc. Una vez que cierra la pastelería decide donar lo que sobra del producto de ese día a quien lo necesite. Las hermanas recogen los pasteles y tartas que no se han vendido para recaudar dinero y poder llevar a los niños en Enero a un campamento. Venden los pasteles a las chicas de la residencia y conocidos y sacan un dinerito. La dueña de la pastelería es feliz por su acto de caridad y los niños ni os cuento cuando pueden viajar y disfrutar unos días fuera de sus rutinas.
                                  ¿Alguien quiere uno?


Hasta pronto

viernes, 13 de julio de 2012

¡¡Bendita Comba!!

Un día más en Brasilia y tranquilo. Aquí todo es tranquilo, no hay prisa por hacer las cosas, la calma reina en los cuerpos… y en ocasiones me puede llegar a desesperar. Tengo que entrenar mi cabeza y mi cuerpo para afrontar este ritmo de vida.
He aprovechado la mañana para comenzar con mis clases de portugués. Empiezo a avanzar con los verbos un poquito.  ¡Lo conseguiré!
Mi preocupación del día: cómo acercarme a los niñ@s cuando el idioma no nos une. Mi lenguaje de signos es amplio, pero no da para más. Bueno, pues como buena chica aplicada y mi interés por el idioma he podido intercambiar con ellas algunas frases. Digo ellas porque hoy sólo han venido 6 niñas. Y ¿Cuál ha sido el elemento de unión? ¡La comba! Gracias a un trozo de cuerda hemos pasado una tarde estupenda. Eso sí, le hemos dado todos los usos posibles: cuerda al suelo, cuerda por el aire, cuerda por las cinturas, saltos, piruetas, giros, etc.  Pero las niñas se han acercado a mí y yo a ellas.
Después he acompañado a Irma Susete a llevar a otras dos hermanas a unos ejercicios y de camino he podido ver algo de la ciudad. La famosa Catedral, que reconozco que el diseño impresiona, los edificios del gobiernos, el centro de hoteles y oficinas, etc.
Pero no todo es oro lo que reluce. En la comida me han contado que hay chicas de la residencia que no pueden ir a la universidad. Yo pensando que tal vez sería porque no tienen recursos económicos. Pero mi sorpresa es que no pueden ir porque los profesores de la universidad pública están de huelga. Estaréis pensando: muy bien, como en todos los sitios. Cuando se hace huelga no hay trabajo o clases o lo que sea. Bueno, pues aquí los profesores llevan de huelga 2 meses. En este tiempo no han dado ninguna clase, pero da igual. Llegan los exámenes y la huelga no importa, se hacen los exámenes y si suspendes… culpa tuya por no haber preparado bien el temario. En esos momentos he pensado yo en mis universitarias y sus estrés en la Complu… ¡madre mía si llegáis a estar aquí jaja! Pero ahí no acaba la cosa, los profesores siguen teniendo su sueldo íntegro pese a no trabajar.  Tal vez consiga la repatriación por publicar estas cosas jajaja pero ahí queda. Poco a poco voy conociendo la otra cara de la moneda. Otro día os contaré el episodio de la sanidad pública que también tiene historia.
Mañana no tengo niñ@s y creo que aprovecharé el día para salir un poco de la casa y empezar a ver cosas. Seguro que alguna aventura tengo para contaros.

Hasta pronto

jueves, 12 de julio de 2012

¡Bem vinda!

Tras un día entero de avión en avión, corriendo por los aeropuerto para no perder las escalas y realizar varias facturaciones de maleta que yo desconocía… ¡ya estoy en Brasilia!

La primera toma de contacto la tuve en Sao Paulo. Yo tan tranquila pensando que mi maleta iba directa a Brasilia y mi compañero de viaje me dice que no es así. Que debía cogerla y facturarla de nuevo. Bien María, comienza tu interpretación del brasileño y tu lenguaje de signos internacional.  Al final conseguí que mi maleta viajase, que yo tuviese mi asiento en el avión y que llegásemos sin problemas a nuestro destino final.

Cuando aterricé en el aeropuerto ya me estaba esperando la Irma (Hermana), fue fácil reconocerla, pues el hábito RMI es internacional. Fue el momento en el que por fin vi Brasil sin ventanas de por medio.  Desde el avión pude comprobar el diseño de la ciudad, que ya os comenté en la anterior entrada. Todas las lucecitas estaban perfectamente colocadas formando cuadrículas milimetradas, no había una que se saliese del orden y de la estética de la ciudad.

Al llegar a la casa me enseñaron mi habitación. Era perfecta. Me habían colocado unas toallas en forma de flor, unas tarjetas dándome la bienvenida y una planta llena de flores. Junto con la hermana, cené algo y conocí a otra más. Inciso: no pongo los nombres de las hermanas porque aún las confundo… dadme tiempo. Me explicaron el funcionamiento de la casa. Tienen una residencia de estudiantes con 120 chicas y por las tardes el proyecto con los niños. En esta casa son sólo 5 hermanas y 2 de ellas ya son mayores. Después de una breve conversación con ellas me fui a dormir.

Hoy ha sido mi día de adaptación. Tengo que reconocer que estoy un poco perdida con el cambio de horario. Pero después de comer ¡he visto a los niñ@s! Son pequeños, de 6 años la mayoría. Cuando termina el cole vienen directamente aquí, donde comen y por la tarde hacen actividades. Pero hoy apenas he estado con ellos. He ido al aeropuerto con otra hermana a recoger a la superiora de la casa, Irma Susete.

Mi día de hoy no ha sido el más emocionante: conocer la casa, explicarme el funcionamiento e ir adaptando mi oído a la nueva lengua. Hay una hermana mayor, María Cruz, que es española y tiene 85 años. ¡Es genial! He hecho un trato con ella, yo cocino algún día comida española y ella me enseña brasileiro.



Hasta pronto

“Somos o que fazemos, mas somos, principalmente, o que fazemos para mudar o que somos” Eduardo Galeano (Frase de una de las tarjetas que me han regalado)

“Somos lo que hacemos, pero somos, principalmente lo que hacemos para cambiar lo que somos”

martes, 10 de julio de 2012

A tan sólo unas horas...

Ayer, para tranquilizar un poco más a mi madre, decidí ponerme con ella delante del ordenador y mostrarle imágenes e información sobre Brasilia. No sé si lo conseguí, y tal vez lo que escriba a continuación no ayude, pero esa búsqueda me sirvió para aclarar algunas cosillas.



Durante estos días ya había escuchado alguna que otra vez la frase de: ¿De cooperación a Brasilia? ¡Pero si es una ciudad nueva! ¿Hay pobreza?

Brasilia comenzó a construirse en 1956 y se ha convertido en la capital federal de Brasil. En 1987 fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, convirtiéndose en la única construida en el siglo XX que tenía esta categorización. Pones en Google “imágenes Brasilia” y todo lo que ves son edificios modernistas, fuentes, puentes, la famosa Catedral Metropolitana de Nuestra Señora Aparecida, etc. Yo me empezaba a asustar, porque pensé que me encontraría marcianitos por las calles, gente vestida con trajes plateados o algo así… Pues todo lo que leía era maravilloso, moderno y vanguardista. ¿Qué iba a hacer yo allí? Pero al final encontré algo sobre la verdadera situación de la población.

Cuando se planteó el proyecto de creación, se quería construir una ciudad sin divisiones de clases. Pero hoy la realidad es otra. Con una población aproximada de 2,5 millones de habitantes, las notables diferencias entre barrios son cada vez más presentes. Es una ciudad de contrastes donde encuentras el lago artificial Paranoá, con 42 km cuadrados, a una inmensa favela de un millón de pobres que aún no tienen agua corriente. En estos barrios la renta per cápita no supera los 800 reales (321€). Son asentamientos donde viven los hijos y nietos de los miles de trabajadores que se desplazaron allí hace 50 años para construir el milagro de Brasilia. Y allí estaré yo.

Me quedan 5 horas para coger el avión y un largo viaje por delante. Pero quiero llegar, ver la verdadera situación, adentrarme en sus calles y descubrir a sus protagonistas. Quiero moverme, ayudar, aprender, ver que mi trabajo tiene una recompensa y creo que lo conseguiré. Por lo menos ganas no me faltan…

La próxima entrada ya será desde Brasilia y os podré contar las primeras impresiones.

Hasta pronto

"Se es lo que se es, lo que siempre se ha sido. Se siente lo que se siente, tenga o no tenga evidente sentido..."