Un día
más en Brasilia y tranquilo. Aquí todo es tranquilo, no hay prisa por hacer
las cosas, la calma reina en los cuerpos… y en ocasiones me puede llegar a
desesperar. Tengo que entrenar mi cabeza y mi cuerpo para afrontar este ritmo
de vida.
He aprovechado la mañana para comenzar con mis clases de portugués. Empiezo a avanzar con los verbos un poquito. ¡Lo
conseguiré!
Mi
preocupación del día: cómo acercarme a los niñ@s cuando el idioma no nos une.
Mi lenguaje de signos es amplio, pero no da para más. Bueno, pues como buena
chica aplicada y mi interés por el idioma he podido intercambiar con ellas
algunas frases. Digo ellas porque hoy sólo han venido 6 niñas. Y ¿Cuál ha sido
el elemento de unión? ¡La comba! Gracias a un trozo de cuerda hemos pasado una
tarde estupenda. Eso sí, le hemos dado todos los usos posibles: cuerda al
suelo, cuerda por el aire, cuerda por las cinturas, saltos, piruetas, giros, etc.
Pero las niñas se han acercado a mí y yo
a ellas.
Después
he acompañado a Irma Susete a llevar a otras dos hermanas a unos ejercicios y
de camino he podido ver algo de la ciudad. La famosa Catedral, que reconozco
que el diseño impresiona, los edificios del gobiernos, el centro de hoteles y
oficinas, etc.
Pero no
todo es oro lo que reluce. En la comida me han contado que hay chicas de la
residencia que no pueden ir a la universidad. Yo pensando que tal vez sería
porque no tienen recursos económicos. Pero mi sorpresa es que no pueden ir
porque los profesores de la universidad pública están de huelga. Estaréis
pensando: muy bien, como en todos los sitios. Cuando se hace huelga no hay
trabajo o clases o lo que sea. Bueno, pues aquí los profesores llevan de huelga
2 meses. En este tiempo no han dado ninguna clase, pero da igual. Llegan los
exámenes y la huelga no importa, se hacen los exámenes y si suspendes… culpa
tuya por no haber preparado bien el temario. En esos momentos he pensado yo en
mis universitarias y sus estrés en la Complu… ¡madre mía si llegáis a estar aquí
jaja! Pero ahí no acaba la cosa, los profesores siguen teniendo su sueldo íntegro
pese a no trabajar. Tal vez consiga la
repatriación por publicar estas cosas jajaja pero ahí queda. Poco a poco voy
conociendo la otra cara de la moneda. Otro día os contaré el episodio de la sanidad
pública que también tiene historia.
Mañana
no tengo niñ@s y creo que aprovecharé el día para salir un poco de la casa y
empezar a ver cosas. Seguro que alguna aventura tengo para contaros.
Hasta
pronto
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