domingo, 7 de abril de 2013

Siempre estoy soñando...



Hola a tod@s. De nuevo estoy por aquí, tras unas semanas de nuevas experiencias y sentimientos. Ya llevo por estas tierras más de dos meses y a veces sigo sin creerme que esté en Finlandia. Uno de mis hobbies es caminar y caminar, ver los distintos paisajes y disfrutar del silencio en los paseos, de los distintos colores del cielo, de los atardeceres, etc. En ocasiones, cuando voy caminando, pienso ¡Madre mía, es que estoy aquí! e intentado, por un año, reorganizar mi vida y darle un sentido. Pero me paro a pensar: ¿Tengo este sentimiento de incredulidad porque estoy bien, porque cada vez tengo más organizado mi día a día en Kotka, o es por qué aún no estoy siendo consciente de lo que estoy viviendo? Sea como fuere estoy aquí, intentando aprender cosas nuevas a nivel profesional y personal, intentando aportar algo en la vida de la gente que me rodea cada día e intentando aprender, poco a poco y muy muy lentamente algo de finés.

En vuestras vacaciones de Semana Santa (afortunados españoles!), aquí nos ha tocado trabajar, pero tuvimos dos días de fiesta y un grupo de voluntarios decidimos organizar un viaje todos juntos para volvernos a reunir, pues desde el pasado campamento en Kokkola que os conté, hay muchos que no habíamos tenido contacto. El destino final era Estocolmo. Tras muchos problemas para contratar el viaje, éramos 13 personas y nunca es fácil tener todo bien, conseguimos nuestro objetivo y el viernes 29 de marzo tomamos un “mini crucero” que nos llevaría a una de las capitales europeas por excelencia. Tengo tan buenos recuerdos de ese viaje, que ahora cuando pienso en ello aún me entra cierta añoranza y morriña. Aparte de ser un viaje de disfrutar, de reír, de estar de fiesta (no puedo negarlo), ha sido un reencuentro con unas personas que están viviendo situaciones similares a la mía. Siempre es bueno compartir la experiencia, desprenderse de algunas preocupaciones y recibir consejos, pero también es gratificante saber que hay personas que se preocupan por ti, que sabes que están ahí para cualquier cosa, pues eso, estando fuera de tu casa, de tu ciudad y país, se agradece. Hay tantas anécdotas de ese viaje… imaginaos un grupo de 13 voluntarios, con un ingreso mínimo, viajando a Estocolmo, una de las ciudades, por no decir la ciudad más cara de Europa. Ya el viaje comenzó bromeando acerca de nuestros camarotes en el barco. Nos encontrábamos en la planta 2. Y sólo tengo que añadir que por encima y debajo de nosotros había coches y que no teníamos ventanas, pues estábamos por debajo del nivel del agua. Cómo muchos decíamos: “un Titanic” en toda regla. ¿Recordáis dónde viajaba Leonardo DiCaprio en la película? Pues bien, nosotros habríamos sido sus vecinos de camarotes.  Otro gran momento fue descubrir la tienda Tax Free (libre de impuestos). Ya sabéis que aquí el precio de las cosas es un poco elevado. Nuestra idea antes del viaje era: “bueno en el Tax Free podemos comprar la comida y bebida para estos días de vacaciones”. Pero al finlandés no le importa la comida, lo importante es el alcohol y estas tiendas son el paraíso para ellos. Botellas y botellas, de todos los sabores, colores y tamaños, comer… ¡da igual!

Desde aquí tengo que reconocer que la capital de Suecia, es sin duda, una de las ciudades más bonitas que he conocido. Tiene un encanto especial, con estrechas calles llenas de gente, de colores en sus fachadas y con sus canales de agua aportando movimiento y vida en cada rincón. Disfrutamos de su cultura y arquitectura acompañados de un agradable sol. Pero disfrutamos con limitaciones, pues el Euro, frente a la Corona sueca, no tiene nada que hacer y apenas nos permitíamos comprar algo que no estuviese dentro del McDonalds. Fueron cuatro días de desconectar de nuestros trabajos, de cantar y bailar, reír y disfrutar de una agradable compañía. La experiencia ha sido tan buena, que en breves repetiremos.
Os pongo alguna foto



 Aquí en Kotka, con el paso del tiempo, voy sintiéndome como en casa. Hoy me he despertado con un mensaje en mi móvil: “¡estás en el periódico!”. Unas chicas me hicieron una pequeña entrevista y ahí estaba hoy mi bonita cara  jajaja. Esta semana he tenido mi primera reunión para organizar uno de los campamentos que vamos a tener en verano. Stephanie y yo tendremos cada día un tiempo de trabajo con los niños para preparar manualidades o hacer juegos con ellos. Ya tenemos un montón de ideas en nuestras cabezas y esperemos que todo salga bien. Además el miércoles pasado, tuve la oportunidad de retroceder a mi infancia. Estuve con un grupo de niñas de 8 y 9 años y ya me conocéis, fui una enana más. Pudimos hacer pulseras, flores y jugar en la calle al “pilla-pilla”, al escondite inglés, etc.

Estoy ahora mismo sentada en la mesa de la cocina, frente a mi querido ventanal, por el cual, todas las mañanas a las 5:30h. el sol se cuela en mi casa y me da los buenos días. El verano se va acercando y yo, particularmente, ya empiezo a tener un problema con la luz. En este país no existen las persianas y es un gran inconveniente. Como ya sabéis, en verano no hay noche, continuamente está el sol y yo no sé que va a ser de los pobres voluntarios europeos. Hoy he decidido sacar el antifaz de la maleta para que en las próximas noches y ante la desesperación de querer dormir, poner ese molesto artículo en mi cara. Pero por otra parte me alegra el pensar que estamos en primavera, que el verano está próximo, tengo ganas de descubrir el país sin nieve, ver el estado líquido del mar, disfrutar de sus paseos y parques repletos de flores, de sus mercados y festivales. Pero para que os cuente eso todavía hay que esperar un poquito.

Atardecer en Kotka
Ya he tenido noticias estos días de las agradables lluvias y buen tiempo que estáis teniendo por allí, y eso que soy yo la que se venía a vivir a “Fríolandia” jaja. No os preocupéis que después de la tormenta siempre llega la calma. Sólo espero y deseo que todos estéis bien, que las cosas vayan mejor a aquellos que tenéis alguna preocupación y que sigan igual de bien o mejor al resto. Me acuerdo mucho de tod@s l@s que estáis por allí, pero por el momento, estaré unos meses más por aquí.

Hasta pronto.