domingo, 12 de mayo de 2013

¡Es tiempo de primavera!



 Buenas noches a tod@s. Antes de que digáis nada, soy consciente de que estoy escribiendo poco, pero entended que en mi vida también existe la monotonía jajaja y para contaros cómo es un día normal… no creo que tengáis mucho interés en ello.
Pero lo que sí os puedo contar son pequeñas cosillas que han ido pasando en este tiempo.

¿Conocéis esa sensación de sentiros bien en un lugar? ¿De decir: “qué bien estoy!”? Desde el jueves estoy de puente, por fin, ya me tocaba a mí también ¿no? Tiempo para hacer alguna cosilla, descansar, ir a correr, pasear, etc. Afortunadamente el sol nos está visitando estos días y se puede disfrutar aún más. He empezado a descubrir Finlandia en primavera, sin nieve, hielo, con el cielo azul y el ansiado estado líquido del mar. Kotka es una ciudad para pasear cerca del mar, sentarte en un banco a disfrutar de un agradable libro y esperar a ver el atardecer. Suena un poco bohemio, pero es verdad. El otro día paseando por la playita que tenemos, pensé “¡pero qué bien se está!” y me di cuenta de que eso significa que estoy a gusto, disfrutando y sintiendo dónde estoy.

Con la llegada del buen tiempo, han empezado a aparecer los barcos. Todo el mundo tiene un barco más grande o más pequeño, de remos o a motor, con vela o sin ella… Son como los caracoles, con el sol, salen. Cada día que salgo a pasear, en el parque que tengo cerca de casa, descubro algo nuevo, estatuas que con la nieve no veía, cascadas preciosas, nuevos colores de flores que van apareciendo, los patos que empiezan a invadir los lagos. Pero sin duda, lo que más me llama la atención, es el cambio tan rápido que estamos teniendo con las horas de luz. Para que os hagáis una idea, más o menos, a día de hoy, anochece a eso de las 23:15h y amanece a las 4:00h de la madrugada. ¿Qué significa esto? ¡Qué nos estamos quedando sin noche! En unas pocas semanas el sol no desaparecerá en todo el día y particularmente, yo, ya estoy acostumbrándome a usar el antifaz.
 
Voluntarios
El fin de semana pasado tuve la suerte de volverme a reunir con algunos de los voluntarios. Esta vez nos reunimos en Lappeenranta. Allí viven Dani y Miriam que muy amablemente nos acogieron en su casa a Stéphanie (mi compi francesa), Danilo (voluntario italiano) y a Alberto (español, también). Cada vez que nos reunimos podemos hablar de nuestros proyectos, reírnos, cantar o bailar e incluso tenemos tiempo para debatir y cambiar el mundo. Tuvimos tiempo de disfrutar de la naturaleza, de la ciudad, pasear, tomarnos el primer helado de la temporada, salir de fiesta, etc. Para mí, estos encuentros son como una dosis de energía y positivismo gracias a las risas que tenemos con Dani y con Danilo y sus frases que quedarán para la posteridad, los achuchones de Alberto y las largas conversaciones con Stéphanie y Miriam. Pero tengo que reconocer que también echamos de menos a los que pertenecen a esta pequeña familia y no pudieron venir en esta ocasión como son Javi, Istvan y Jessica.
 
En el trabajo, las cosas siguen más o menos igual. Voy rotando por los distintos centros juveniles, aunque estas últimas semanas he estado más tiempo en Greippi (centro juvenil de Kotka). Cada vez tengo mayor cercanía con mis compañeros de trabajo y con los jóvenes. Ahora ya comienzan semanas de más actividad pues tenemos que empezar a organizar los campamentos que vamos a tener en verano. Mi cabeza de nuevo está rebuscando en los archivos de dinámicas, manualidades y juegos para hacer. Algunos ya sabéis que a finales de Agosto cambio de ciudad y de centros juveniles. Empezaré a vivir en Pyhtää y ya he tenido la posibilidad de estar allí un día para conocer mi futuro lugar de trabajo y compañeros… y tengo que reconocer que pinta muy bien. Sólo me falta conocer a la familia con la que voy a convivir durante unos meses.

Con Astrid
Hace unas semanas, también tuve la visita de otra voluntaria española, Astrid. Ayer regresó ya a España. Es de esas personas con las que sólo conviviendo unos días
parece que la conoces de toda la vida. Disfrutamos de un fin de semana estupendo, viendo la ciudad, paseando. Espero que ahora allí te vaya todo muy muy bien y que te echaré de menos!!!

No os he mencionado a Ana (la otra Cano, pues compartimos apellido), española, de Jaén a más no poder,  que anda por estas tierras. Es estudiante de intercambio. La conocí en las clases de finés y la verdad es que hemos hecho muy buenas migas. Una vez a la semana nos reunimos en casa, comemos juntas y así me enseña algunas cosillas del país (ella está aquí desde Agosto). El otro día tuvimos la suerte de disfrutar del sol y de sentarnos en la primera terracita “veraniega” de Kotka. Pongo las comillas porque el tinto de verano que me tomaría en una terraza en Buitrago lo he cambiado por un té o un café, que aquí aún se agradece.

Espero que por allí todo siga más o menos bien, porque leyendo los periódicos y viendo las noticias, uno ya no sabe qué pensar ni qué decir.

Hasta pronto.