sábado, 28 de julio de 2012

Porque hay gente buena…

Los sábados y domingos la casa está más tranquila ya que los niños no vienen. Estos días aprovechamos para descansar, dormir un poco más, ir al mercado, etc. Por las tardes, Susete me lleva a conocer nuevas cosas de Brasilia. Hoy ha tocado, como llama ella, “el mercado de contrabando”. No os asustéis, 100% legal. Pero es curioso.

Hay un recinto ferial, a las afueras de la ciudad, en el que se ponen pequeñas tiendas. No os podéis imaginar la cantidad de “puestecillos” que hay y lo que puedes encontrar. Todo lo que allí se venden, en su mayoría, son cosas que ha requisado la policía: imitaciones, ventas ilegales, trapicheos varios… Esos productos, a su vez, son comprados por los vendedores de este mercado de forma legal y su venta también lo es. Puedes encontrar desde un IPhone última generación, a una Nintendo con mil cosas, pasando por cachorritos y acabando en juguetes. ¡Hay de todo! Y la ventaja es que todo tiene un precio menor. Sabiendo esto, os podéis hacer a la idea de cómo estaba el recinto de gente ¿no?
Hemos comprado cosas para los niños del proyecto: pelotas de futbol, raquetas de ping-pong, una comba nueva y unos yo-yo que a los niños les gusta mucho. Claro hay tanto donde mirar y distintos precios que vas preguntado y acordándote de donde era el más barato. Nos ha pasado una cosa, que a mí me ha dejado con la boca abierta. Estábamos mirando las raquetas de ping-pong y regateando el precio (cosa normal en este mercado). Sin prestar atención a lo que pasaba a nuestro alrededor, nosotras mirando juguetes y preguntando precios. Cuando estábamos “negociando” la venta aparece un hombre y dice: “tome hermana, compre esas raquetas” y desaparece. No me ha dado tiempo a verle ni siquiera la cara. Le ha dado a Susete 30 reales y se ha ido. Yo me he quedado pensando ¿Cómo? ¿Pero este hombre de dónde ha salido? ¿Ha desaparecido? Cuando ya he reaccionado y he sido consciente de que sí, ese hombre nos había escuchado hablar con el dependiente y sin más nos ha querido dar ese dinero, he pensado: Pues sí, entre todo el caos que hay actualmente por el mundo, que si la crisis, que si el trabajo, que si el dinero, etc. Nos olvidamos de que realmente hay gente buena a nuestro alrededor y gracias a ese hombre, hemos podido comprar algo más.

Contaros también que ayer me pasé toda la tarde jugando al fútbol. Y sí, habéis leído bien, fútbol, yo María. En el proyecto hay tanto niños y niñas de edades diferentes. Los más mayores, de unos 13 años, siempre están más a sus cosas, dicen que para qué van a jugar con los pequeños, etc. Hasta ayer, yo siempre había estado con los más pequeños pero ayer dije bueno, vamos a probar. En mi grupo de estudio tengo a Rafael y me puse con él a jugar con la pelota acabando de portera. La suerte debía estar conmigo y estaba parando los balones… De repente desaparece y llega con toda la tropa de chicos. “María es buena portera”. ¿Qué soy qué?!! –os podéis reír, lo veo lo más normal-  Pues bien, desde aquí anuncio que ha comenzado mi carrera futbolística ¿Dónde mejor que en Brasil? Claro está, hoy no me puedo ni mover, pero mereció la pena, ahora espero que ya me tengan un poquito más en consideración y que las agujetas sirvan para algo. Ya os contaré en qué queda mi nueva faceta.
Hasta pronto.

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