lunes, 13 de agosto de 2012

¡Un mes en Brasilia!

Abajo: Claudia y Alejandra/Arriba:Estela, Hna.Susete y yo
 Buenas días a todos. Estos últimos días han pasado muchas cosas y afortunadamente todas buenas. Entre ellas, he celebrado mi mes brasileiro en Pirenópolis. Calma, ahora os cuento.

El jueves llegaron dos nuevas voluntarias españolas ¡ya tengo compañía en la habitación! Son Alejandra y Claudia. Han traído muchas ganas de colaborar, de jugar con los niños y aprender. Para mí ha sido como una nueva recarga de batería y además ayuda para repartirnos los niños. Y cómo no, los “pequeñajos” tan felices.

Para este fin de semana, Susete, nos programó una excursión a Pirenópolis. Una localidad que está en el oeste del país, a una hora y media de Brasilia, y considerada ciudad patrimonio histórico y artístico nacional. Hace unos años sufrió un incendio y la mayoría de las casas fueron afectadas. Los vecinos decidieron reconstruir las viviendas entre ellos y aportar alegría después del incidente. Es un pueblo con casas de una sola planta pero cada una pintada de un color distinto, con calles pequeñas, rincones escondidos con encanto y mucha agua. Además de su patrimonio, posee numerosas cascadas y senderos que visitar, y allí estábamos nosotras. El sábado al llegar caminamos visitando la ciudad, conociendo sus costumbres y artesanía. Pirenópolis está dedicada exclusivamente al turismo. Muchas de las casas se han convertido en posadas, donde por un precio bastante bajo puedes alojarte.  El Señor Osvaldo no ha acogido en la suya y ha sido muy agradable junto con su mujer.

Os voy a contar uno de los mejores momentos del día, que incluso me llego a emocionar, en el buen sentido de la palabra. Encontramos un pequeño restaurante, con una terraza llena de palmeras, velas, alguna hamaca (de árbol) para tumbarse, farolillos, etc. Era tan relajante y tranquilo que decidimos tomar algo. De repente escucho música y veo que es Jarabe de Palo. ¡No lo podíamos creer! En medio de un pueblo brasileiro, entre montañas, ahí estaba yo cantando canciones del grupo.

Por la noche las calles se transforman totalmente. Las terrazas invaden la calzada, velas, puestos de artesanía y música, mucha música. En la mayoría de los restaurantes hay actuaciones en directo. Pasear disfrutando de la brisa nocturna, de calles a media luz y escuchando buena música brasileira, no tiene precio. Además ayer era un día “especial “para mí, pues hacía un mes que había llegado a Brasil y no encontré una mejor manera para celebrarlo.



Hoy hemos dedicado el día a visitar la naturaleza que rodea a Pirenópolis. Hemos decidido visitar una de las cascadas, más concretamente la de “Media Luna”. Allí hemos pasado toda la mañana. Las tres voluntarias hemos decidido convertirnos en exploradoras e investigar los alrededores. Hemos caminado, huido de algún que otro bicho, tomado el sol y refrescado nuestros pies en el agua.

Ha sido un fin de semana muy bien aprovechado, hemos podido desconectar, disfrutar y en el que nos hemos reído mucho.

Hasta pronto.



Siento repetir grupo de música, pero es la canción de la que os hablaba.

2 comentarios:

  1. Cuánto me alegro de que esteis bien!!!! Abrazo a los niños y monitores que me conocen y a las hermanas!!!

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